¿Existe diferencia en la concepción del inconsciente entre Lacan y Freud?
Ese concepto oscuro a veces parece tener cierta claridad en función de las lecturas, de los textos clásicos que uno supone entender. En algunos textos, como Construcciones en el Análisis o El Malestar en la Cultura, Freud ilustra su concepción del inconsciente atemporal con la visión del arqueólogo: ciudades sobre ciudades, conviviendo épocas diferentes sin suprimirse unas a otras. En Baltimore Lacan utilizó otra imagen y otra temporalidad, la pulsación luminosa de los carteles de neón y las luces de los autos corriendo por la autopista en el amanecer: el inconsciente es Baltimore, temprano, al amanecer. La imagen freudiana tiene un matiz onírico, la de Lacan alude a un despertar o a un insomne.
Resulta perturbador encontrarse con la afirmación de Lacan acerca que Freud no entendía nada sobre el Inconsciente, dice “ese medicucho no entendía nada acerca del Inconsciente”, en la Conferencia en Bruselas del año 1977 que figura como primera clase de su Seminario XXIV. Hay algo de provocación, es cierto, pero tomémoslo así, no solo como una ironía.
Inconsciente es un término que a Lacan no le gusta, es una manera de nombrar algo que no le parece de lo más interesante.
Veamos otra cuestión. Resulta curioso que pidamos al paciente que se recueste en el diván pero que esperemos que no se duerma, pero sí le pedimos de alguna manera que sueñe ya que la consigna de la asociación libre aligera los lazos con el proceso secundario. Sabemos que es una consigna incumplible pero su formulación establece el dispositivo.
¿Qué es ese trabajo que se pone en juego allí? ¿Qué habilita? Que fluya el trabajo del Inconsciente para que al revés del mito de la caverna, en lugar de ir hacia la luz, como decía Lacan en “Posición del Inconsciente”, cuando reedita el mito de la caverna, vamos en sentido contrario desde fuera hacia adentro, vamos hacia las sombras y cuando nos acercamos la puerta se cierra y encima solamente se abre desde adentro.
¿Qué es lo que se abre y qué es lo que cierra? En el mito platónico lo que tiene más realidad no está en la realidad ficticia de las sombras sino en la realidad de los conceptos ideales. Lacan en el Seminario XI cuando cita el sueño “¿padre no ves que estoy ardiendo?”, que menciona Freud en “La Interpretación de los Sueños”, afirma que hay más realidad en el sueño que en el estímulo (el ruido, el resplandor que pudo haber lastimado al durmiente), que lo disparó.
Lacan sigue: “Si la función del sueño haya sido de prolongar el reposo, si el sueño después de todo pueda aproximarse tanto a la realidad que lo provoca”, “¿no podríamos decir que a esta realidad podría responderse sin salir del dormir?”. La cuestión que se plantea es que despierta. “El hijo parado junto a su cama, le toma el brazo y le murmura en tono de reproche ¿Padre no ves que estoy ardiendo? Hay más realidad en ese mensaje que en el ruido por el cual el padre identifica además la extraña realidad de lo que ocurre en habitación de al lado”.
¿Qué es lo que despierta? El sin sentido, la irrupción de una pedazo de real, el encuentro con lo real. ¿Qué es lo que ayuda al dormir? Lo que ayuda al dormir es el sentido.
Por eso la experiencia del inconsciente en un análisis será más un despertar (¿Baltimore…?) que una experiencia onírica.
Cuando Ricardo Scavino se puso a trabajar la obra de James Joyce, “Finnegans Wake”, para exponer en un panel, padeció varios días de insomnio. Un insomnio pertinaz, allí donde se encontraba con un escrito que, en términos de Lacan, no es un escrito para ser leído.
Creo que la realidad a la que se refiere Lacan respecto del sueño citado por Freud en el capítulo 7 de “La Interpretación de los Sueños”, es de esa índole, el sueño permitiría seguir durmiendo si la elaboración onírica posibilita introducir ese estímulo en un campo de sentido. Sabemos que hay estímulos que no se pueden elaborar asociativamente, esto lo dice Freud, hay estímulos que no se elaboran, por ejemplo: la madre incorporará en el sueño cualquier ruido para continuar durmiendo, menos el llanto de su bebé. Por otra parte es muy difícil que cualquiera de nosotros incorpore al sueño su nombre propio, basta un susurro que nos nombre y el soñante despierta.
Recordemos ahora, aprovechando estas referencias al trabajo elaborativo que hace posible el significante, dos encuentros y desencuentros con los lingüistas, el de Freud en el siglo XIX y el de Lacan en 1975.
Freud en los actos fallidos de la “Psicopatología de la Vida Cotidiana” y en las “Conferencias de Introducción al Psicoanálisis”, cita a Meringer y Meyer, lingüistas que explicaban los actos fallidos por elementos específicos del lenguaje, con toda una descripción de los fenómenos de homofonía, los llamados ecos, etc., son fenómenos neurofisiológicos. Los sonidos se enlazan por anticipación, por ejemplo, en un acto fallido se dice “la Milos de Venus” en lugar de “La Venus de Milo”, o posposiciones, “sentí un pech … en el …”, en lugar de “sentí un peso en el pecho”, etc.. Todos estos ejemplos los cita también Freud.
En la teoría asociacionista del conductista Wundt se toman en cuenta dos factores, agregando el influjo psíquico. Entonces son 2 factores, una condición negativa y otra positiva. La condición negativa, por ejemplo: la fatiga, la atención dividida, dispersa. Y la condición positiva es el flujo desinhibido de las asociaciones de sonidos, es decir, que en realidad para que el discurso, en sentido de las palabras emitidas, mantenga un flujo coherente, tiene que inhibirse las asociaciones posibles. Entonces, en la medida que no se inhiben las otras asociaciones posibles interrumpen o irrumpen en el flujo del discurso, eso es el acto fallido. Ahora bien, además estos lingüistas observaron algo interesante, al pasar lo nombra Freud, no se mete mucho con esto, afirman que quien tiene el equívoco oral no lo reconoce o le da vergüenza, ¿por qué no lo reconoce? Entonces hay otra cuestión además del influjo de un pensamiento colateral en asociaciones distintas que irrumpen en el curso consciente del discurso. Es la vergüenza que denota un influjo psíquico de otro orden, algo que la conciencia está rechazando, por eso, el malestar.
Luego Freud va a brindar el famoso ejemplo que dice que si alguien va a la comisaría y denuncia que “la oscuridad y la soledad me robaron mis objetos preciosos”, el comisario seguramente le va a responder que su afirmación es reduccionista y está completamente equivocada, ya que puede decir que un delincuente “amparándose en la oscuridad y aprovechando la soledad” le robó sus objetos preciosos, así podemos buscar al delincuente, pero no diga que la soledad y la oscuridad le robaron. Del mismo modo afirmar que la fatiga y el desinhibido flujo asociacionista que interrumpió el curso normal consciente explican el acto fallido, es un reduccionismo. El “delincuente”, es decir el acto fallido se sirvió de la fatiga, del detenimiento del trabajo de las vías de la conciencia, del Yo, se sirvió de la vía asociacionista. ¿Cuál sería el delincuente?, Bueno, un deseo inconsciente.
Pero entonces es una paradoja porque lo que Freud va a hacer es este trabajo detectivesco o de intérprete del sentido pero para hacer deducciones del sin sentido, porque en realidad cuando Lacan dice “nos acercamos a la puerta y se vuelve a cerrar”, nos acercamos cuando interpretamos, pero cuando interpretamos volvemos a cerrar, es decir, en todo sentido se vuelve a cerrar. ¿Entonces que es lo Inconsciente?, el sentido inconsciente pero eso vuelve a cerrar la puerta de la caverna, ¿el equívoco, eso es lo Inconsciente?
Me parece que es una buena pregunta. Digamos el Inconsciente está en la estructura del lenguaje. ¿El Inconsciente es otra escena? ¿Es el discurso del Otro?. Ahora, si está estructurado como un lenguaje, ¿qué es un lenguaje? ¿Qué quiere decir que esté estructurado como un lenguaje? ¿Es un sistema de diferencias? Eso no está oculto en ningún lado. Lo nonato lo no realizado, dimensión que no es óntica.
Como nunca del todo realizado es el equívoco mismo, porque es el efecto del lenguaje en su estructura, desnuda, sin ropajes.
En ese mismo seminario de Lacan que cité, el psicoanalista francés afirma que “nuestra práctica es una estafa”. También dice “lo real está en el extremo opuesto de nuestra práctica”, “el sentido por lo cual operamos en nuestra práctica, la interpretación”. “Lo real es ese punto de fuga como el objeto de la ciencia”.
Bueno, eso es una estafa, la oferta de sentido que hace el analista, digamos la interpretación es también la oferta de sentido. Entonces si lo real es lo que está en el extremo opuesto de nuestra práctica, nuestra práctica es una estafa si no se dirige a lo real. Es decir nuestra práctica es una estafa si se queda en el campo del sentido, campo que debe atravesar, pero si se queda allí es una estafa. Y también sería una estafa si no apunta a llegar a un final, porque si lo que está en el extremo opuesto es lo real, si no llegamos a tocarlo, si no llegamos a atravesarlo de alguna manera, si algo de eso no tambalea, entonces sería solo una estafa.
Sabemos de este Seminario XXIV que su título, traducido al español, se escucharía en francés, al leerlo de corrido, como el fracaso del inconsciente es el amor. Ahí tenemos primero una transliteración homofónica del alemán al francés y después tenemos una resonancia de las mismas palabras en francés que suena de esta manera.
En Lacan estos juegos de palabras se desarrollan luego del encuentro con la escritura con Joyce. El Inconsciente se convierte así en “la una equivocación”.
¿Por qué el amor sería el fracaso del Inconsciente? El amor sutura, el amor quiere hacer de dos uno, suprimiendo la división subjetiva que produce la barra del inconsciente.
Una de las maneras de la intervención con relación a estas consideraciones es la interpretación y otra manera es de la poética.
Evidentemente la práctica de la lectura literal comienza a desplazar la interpretación del sentido, y también eso implica una concepción del inconsciente.
Lacan tiene su propio encuentro y desencuentro con los lingüistas. En el año 75, en Boston, allí se encuentra con Chomsky y Jackobson. Ocurre entonces la famosa experiencia donde Lacan dice “entonces yo soy poeta”. En el Seminario XXIII existe una referencia a ese encuentro. “En una conversación mantenida en el Instituto de Tecnología de Massachussets con Noam Chomsky este expresó una concepción de la ciencia en alto grado formalizada. Lacan sintió que necesitaba aplicar un antídoto diferente y se situó en otro polo. Le explica a Chomsky porque se sentía preocupado con la lalangue, la manera en que él designa un lenguaje especifico con sus peculiares equívocos. Entonces puso en la pizarra del despacho de Chomsky, lo mismo que le había expresado el día anterior a Jackobson: “Deux, d´eux, Dieu” que se pronuncian igual o parecido, que podría prestarse a confusión. Lacan le hizo a Chomsky la misma pregunta que el día anterior le hizo a Jackobson. ¿Esos equívocos, de que está hecha la materia prima del psicoanálisis, son intrínsecos de la lengua o meramente accidentales?”
¿Qué le responde Chomsky?. Le expuso a Lacan una concepción de la ciencia lingüística sobre el espíritu de las ecuaciones, que el mismo Lacan había condenado. Chomsky habló de leyes universales en todas las lenguas. Ahora Lacan le pregunta si la lingüística podría prestar leyes universalistas en todas las equivocaciones y juegos de palabras, Chomsky le contestó que esos ni siquiera eran problemas de interés en la ciencia lingüística. Le da el ejemplo de la oreja: la lingüística científica debe estudiar las semejanzas en el lenguaje no las diferencias. La función del lenguaje como la del órgano del cuerpo, el oído. Cuando miramos atentamente las orejas, vemos diferentes circunvalaciones, pero advertimos diferencias. Pero si nos concentramos en las diferencias nos distraemos de nuestro verdadero trabajo que es comprender que todas las orejas tienen en común su función, es decir para el lenguaje sería la comunicación. Si nos concentramos en los equívocos perdemos de vista lo importante que para la lingüística sería la comunicación. Entonces dice “Lacan visiblemente conmovido declaró –Yo soy un poeta-”.
Hay otra versión de este encuentro: “No es un problema que la lingüística pueda tomar en cuenta, sino quien se ocupe de eso, que se ocupen los poetas” Lacan responde “pues entonces yo soy un poeta”.
Bueno, estos son los problemas que le interesan a Lacan. Son las cuestiones que le interesan al psicoanálisis y en esto Lacan dice: “Si una intervención apaga un síntoma es porque fue suficientemente poética”, en otro momento dice: “tal vez no fui lo suficientemente poeta”; “Estar eventualmente inspirados por algo del orden de la poesía para intervenir en tanto que psicoanalista. Esto es precisamente hacia lo cual es necesario orientarlos, porque la lingüística es una ciencia muy mal orientada” (Esto lo decía 2 años después de este encuentro); “La metáfora, la metonimia no tiene alcance para la interpretación sino en tango que son capaces de hacer función de otra cosa para lo cual se unen estrechamente el sonido y el sentido. Es en tanto, que una interpretación justa extingue un síntoma que la verdad se especifica por ser poética”.
Quería terminar con una referencia a Borges. Borges dice que la poesía no puede ser traducida. Dice que la novela sí, pero la poesía no, porque en la novela lo que interesan son los personajes, el destino de los personajes. Pero en la poesía interesan las sonoridades de las palabras, su música, no los personajes y eso la hace intraducible. Cuando a Joyce le hacen notar que en una época le gustaban las mujeres, Joyce responde que sí en una época le gustaban las mujeres, pero en ese momento solo le interesaban sus vestidos. Es interesante con relación a la estructura de la escritura de Joyce, con relación al lenguaje no le interesaban tanto los contenidos sino las formas expresivas, creo que es algo similar con esto de Borges, no le interesan los contenidos de la historia en una novela, el sentido de los personajes, la psicología del personaje, los hechos, los relatos históricos de esa novela; sino que en la poesía lo que interesan son las palabras pero desprovistas de “los vestidos”.
De alguna manera a este momento de los últimos seminarios de Lacan, creo que lo que interesan son los vestidos.