Es el más importante fotógrafo ciego mexicano. Perdió la vista a los 25 años y se inició en la fotografía en 1999, a los 32 años. Fotografiaba con una cámara de bolsillo que le regaló la documentalista norteamericana Mary Ellen Mark. Nigenda intervenía las impresiones con textos en braille. En ellas conjuntaba descripciones ajenas y recuerdos propios, la información gráfica y la escritura cifrada. Participó en exposiciones colectivas e individuales en México y el extranjero, e impartió el “Taller de percepción no visual” en varios estados de la República. Murió el pasado 9 de mayo, dejando inconcluso un proyecto sobre las mujeres de Juchitán.